Las mujeres fueron pioneras en muchas profesiones que, actualmente, están desempeñadas por hombres en su mayoría.
Aquí te mostraremos cinco de ellas, con el objetivo de sacar a la luz la historia de aquellas mujeres casi siempre olvidadas.
La visión del programador informático como un (chico) nerd de escasas habilidades sociales refleja fielmente la realidad: sólo un 25% de las profesiones relacionadas con la informática están en la actualidad desempeñados por mujeres.
Sin embargo, el germen de la computación científica fue ideado por Ada Lovelace en el siglo XIX, quien creó el primer algoritmo de código para ordenadores. Además, durante la II Guerra Mundial seis mujeres matemáticas realizaron la mayor parte del trabajo de programación para la primera computadora totalmente electrónica.
Aunque hoy en día las mujeres ocupan sólo un 1% de los puestos de trabajo relacionados con la fabricación de esta bebida, desde el antiguo Egipto sabemos que la elaboración de la cerveza fue considerada una tarea doméstica más de las mujeres.
Además, a lo largo de toda la Edad Media y buena parte de la Edad Moderna, las mujeres encontraron en la elaboración y venta de esta bebida una forma de ganar un dinero extra. Sólo cuando su fabricación adquirió una escala industrial, la cerveza pasó a ser cosa de hombres.
En la infancia del cine multitud de mujeres desempeñaron trabajos de escritoras, directoras y productoras, aunque muchos de sus nombres permanecen casi en el olvido.
De hecho, hasta 1923 la mayoría de los estudios independientes de cine eran dirigidos por mujeres. Aunque se están haciendo muchos esfuerzos por sacar a la luz sus trabajos, la baja calidad del material con el que se realizaban los filmes por aquel entonces ha provocado que muchas de sus obras se perdieran para siempre.
Cabe pensar que la imagen prototípica del batería de una banda de pop-rock es la de un hombre.
Sin embargo, una serie de pinturas y registros históricos demuestran que no siempre fue así. El trabajo de percusión en la música de rituales sagrados fue patrimonio de las mujeres durante 3000 años.
No sólo eso. Desde el antiguo Egipto y la Grecia Clásica sabemos que muchas mujeres fueron consideradas reputadas practicantes de la medicina oficial.
La razón de que el protagonismo femenino se viera reducido en la Edad Media fue doble. Por un lado, se exigió a los médicos una educación universitaria mientras que, por otro lado, se prohibió que las mujeres acudieran a la Universidad. Este hecho dio lugar a que muchas mujeres que siguieron practicando la medicina en la clandestinidad fueran condenadas por brujas.
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