Crecer como una mujer hoy en día no es fácil. Y en ciertos lugares del mundo es todo un desafío. Pero crecer como un hombre tampoco lo es. Estos consejos ayudarán a inculcar un modelo de masculinidad positiva que hará que las relaciones entre los sexos sean menos tóxicas y complicadas:
La represión de emociones que parecía un requisito para ser un «auténtico» hombre ha hecho muchísimo daño. Los niños deberían sentirse cómodos con sus emociones y ser capaz de expresarlas con naturalidad.
Debemos enseñar a los niños a respetar la voluntad de las mujeres y ser capaces de distinguir entre la persistencia y el acoso.
Los niños deberían tener consciencia de la responsabilidad de sus acciones, palabras y emociones. Ser un hombre no supone pasar por encima de todos, sin hacerse cargo de los sentimientos ajenos.
Hay que enseñar a los niños a confiar en sí mismos, independientemente de su cuerpo, su raza o su riqueza. Tener confianza y autoestima lo impregna todo.
Expresar tus sentimientos no es un signo de debilidad, no te hace menos hombre. Llorar es un alivio y una respuesta natural ante situaciones de dolor y estrés. Los niños deben aprender que llorar es aceptable para ellos.
Frente a la orden tradicional «sé un hombre» preferimos decir a todos los niños, con independencia de su sexo, «sé valiente»