Quería despejar malos entendidos sobre el Islam y acabó diciendo esto

«Un conferenciante que defiende la pena de muerte para los homosexuales no es un extremista radical, es lo que pensamos todos los musulmanes».

Estas fueron las palabras uno de los participantes en una ponencia organizada por Islam Net, la mayor organización de musulmanes en Noruega.

A continuación, el ponente se dirige directamente a la audiencia (segregada por sexo) para pedirles que se pronuncien sobre su acuerdo sobre la siguiente afirmación: la pena de muerte por adulterio, ¿es «el mejor castigo posible para el ser humano» y «lo que deberíamos aplicar en el mundo»? La reacción de la audiencia es de adhesión absoluta y pública.

No deja de ser irónico que Islam Net se presente como una organización destinada a «aclarar los malentendidos sobre el Islam» por parte de la sociedad noruega. Además, esta conferencia tuvo lugar apenas unos meses después de la matanza perpetrada por Anders Breivik, el ultraderechista que asesinó a 77 personas declarándose enemigo de la «sociedad multicultural». Desde luego, Noruega no es el único lugar que ha tenido esta clase de problemas. Hace unos meses se viralizó un vídeo en el que una autoproclamada «policía de la sharia» amedrentaba a los transeúntes de los barrios musulmanes londinenses exigiendo que tiraran sus bebidas alcohólicas.

A pesar de la pretensión de este ponente de integrar la violencia contra las mujeres y los homosexuales como parte del paquete de creencias del musulmán normal y corriente, nos resistimos a creerlo. Y no por mero wishful thinking. Iniciativas como «Not in my name«, impulsadas con la idea de denunciar que las tropelías cometidas por ISIS no son en el nombre de todos los musulmanes son valiosas y esperanzadoras.

Por desgracia, como acabamos de comprobar, aún queda mucho por hacer.