En esta pieza escrita por Andrew Bailey, un tipo nervioso, aparentemente en la veintena, comienza a explicarnos por qué las violaciones son muy divertidas, pero sólo cuando sus víctimas son hombres. Pero al avanzar el video, la narración comienza a adquirir un cariz muy negro.
El monólogo está basado en una experiencia autobiográfica de Bailey. «Cuando tenía 13 años», declaró, «fui acosado a diario en la escuela durante medio año. Y se suponía que yo tenía que disfrutarlo».
Con el paso de los años Bailey desarrolló un trastorno obsesivo-compulsivo severo, como consecuencia del acoso sexual sufrido en su juventud.
Las sangre de Bailey hirvió cuando en Junio de 2012 vio el trailer de la película «That’s My Boy», un film en el que un chico de 13 años tiene una relación sexual con su profesora. Fue entonces cuando decidió escribir el monólogo. Aunque admite que la película no es especialmente mala o dañina, simplemente sacó toda la rabia que acumulaba desde el incidente.
La violencia sexual contra los hombres existe. Pero quienes la sufren se topan con un enorme muro de prejuicios. ¿El resultado? La incomprensión burlona de la sociedad hace que sus víctimas se sientan demasiado avergonzadas para denunciar y para contar a otros lo que les ha ocurrido.
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