«Somos nuestra memoria, ese montón de espejos rotos» (Borges).
En 1995 el artista británico William Utermohlen fue diagnosticado de Alzheimer. Hasta su muerte en 2007 William se retrató a sí mismo en varias ocasiones. Sus obras constituyen un documento imprescindible para percibir la degradación de la memoria y de la identidad de un paciente de Alzheimer.
En un ensayo sobre su obra encontramos una explicación al profundo impacto que provocan en nosotros estos auto-retratos: «en sus obras podemos percibir la increíble intensidad de los esfuerzos de William por explicar su yo alterado, sus miedos y su tristeza».