Siempre han existido personas crueles, pero en la era de las redes sociales su capacidad de causar dolor es imposible de exagerar.
La compañía de danza Muse ha sacado a la luz la campaña más inspiradora que hemos visto nunca para concienciarnos de los peligros del cyber-bullying o, en castellano, acoso a través de las redes. Este problema afecta especialmente a los niños por dos motivos principales.
En primer lugar, los niños son nativos digitales y pasan gran parte de su ocio conectados. El nivel de exposición pública de su imagen y de sus actividades cotidianas supera con mucho al de nuestra generación. Pero, en segundo lugar, como niños que son presentan una gran vulnerabilidad e inmadurez. Esta combinación explosiva hace que una situación de acoso amparada por el anonimato de las redes a esas tempranas edades pueda resultar dramática.
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