Nos guste o no, la vida es una toma de decisiones constante. El miedo a no elegir la opción adecuada a veces nos paraliza y nos hace convertirnos en personas inseguras, temerosas o influenciables. Esta lista puede ayudarte a mejorar ese momento complicado que supone la elección.
La primera cosa que debes tener presente a la hora de tomar decisiones es que conviene evitar el agotamiento. Para eso, incluso alguien con la gran responsabilidad sobre sus hombros de la Casa Blanca como el presidente Obama tiene algún consejo interesante: «Observaran que sólo visto trajes grises o azules. Intento reducir al mínimo mis decisiones más triviales y no tener que decidir constantemente sobre lo que como o sobre cómo visto, porque tengo muchas otras decisiones que tomar.» Además, se refiere a estudios que confirman que el mero hecho de realizar elecciones reduce nuestra capacidad y nuestra energía para tomar otras decisiones. «Necesitas enfocar tu energía para tomar decisiones. Crea una rutina. No puedes dejar pasar los días distraído en cosas triviales».
El agotamiento llega cuando no puedes tomar buenas decisiones porque ya has tomado demasiadas. Tu capacidad es limitada y debes reservar tu espacio para poder elegir acertadamente y pensar con claridad.
Algunos consejos al respecto pueden serte muy útiles:
Si tienes sobre tus hombros el peso de demasiadas decisiones, elimina todas las superfluas y enfoca tu esfuerzo sobre las responsabilidades más importantes.
En todo aquello que no puedas suprimir, piensa en quién podría hacerlo por ti. Sólo por el hecho de que puedas o sepas hacer algo no significa que debas hacerlo. Por suerte, hoy por hoy, tienes muchos medios a tu alcance para encontrar a alguien que pueda hacer algunas tareas por ti.
Para esas cosas que debes hacer tu mismo, puedes crear rutinas.En el caso del presidente Obama, el tomó su decisión sobre vestuario y la convirtió en una rutina ahorrándole mucho tiempo y esfuerzo en el resto de tareas diarias.
Puedes hacer coincidir estas rutinas con el comienzo del día, creando a primera hora de la mañana un gran arranque para tu vida con algunas rutinas «automáticas».
Si habitualmente estás obligado a realizar tareas que conllevan varios pasos, haz antes una lista que puedas comprobar.
Un buen ejemplo: en lugar de pensar qué debes incluir en tu equipaje cada vez que sales de viaje, crea una lista que te servirá en todas las ocasiones y te ahorrará el tiempo y esfuerzo de pensarlo una y otra vez.
Una lista o un documento de cada paso a seguir para completar una tarea puede resultar muy útil siempre que afrontes tareas o decisiones complejas.
Siempre que puedas, ahorra trabajo a tu cabeza tomando notas. En lugar de intentar recordar citas o recados, apúntalos de inmediato en tu agenda o calendario.
De esta forma, anotando lo que necesitas recordar, liberarás mucho espacio en tu mente para, por ejemplo, dedicarlo a tareas más creativas, como la toma de decisiones.
Un momento de crisis puede consumir muchísimo espacio en tu mente y agotarte para la toma de decisiones, llevándote a hacer malas elecciones en los momentos menos oportunos.
Ser previsor puede ayudarte a mantener la calma y la tranquilidad justo en esos momentos en los que más lo necesitas. Por ejemplo, tener algunos ahorros para imprevistos puede ser de gran ayuda en un momento difícil como la pérdida de tu empleo y evitarte entrar en pánico, asegurando tu tranquilidad durante el tiempo necesario para rehacer tu carrera tomando decisiones acertadas.
En un sentido más trascendental, tener hábitos espirituales puede ayudarte a fortalecer tu fe, por ejemplo, para ayudarte a superar momentos de dificultad.
Tal vez no lo necesites ahora, pero si eres previsor lo agradecerás cuando llegue el momento.